¿Somos conscientes de las cosas que acarreamos en la vida?
¿Qué peso estamos llevando? 

En el artículo de hoy voy a compartir contigo una de las experiencias más reveladoras que he tenido: la conciencia del peso de las emociones y de las situaciones que cargamos en el peregrinaje de la vida. 

En dos oportunidades he realizado el camino a Santiago de Compostela. En este caminar, tu casa es tu mochila y ella se termina convirtiendo en tu amiga o enemiga, en función del peso que lleves a cuestas. 

Cuando llevas demasiado peso, los primeros días lo puedes aguantar al caminar, pero al cuarto o quinto día de caminata con exceso de peso, el cuerpo empieza a sufrir lesiones.

Si quieres seguir caminando, lo primero que tienes que hacer es sacar cosas de la mochila, es decir: “liberar el peso”.

Y si en ese momento te haces la pregunta: ¿qué peso estoy llevando en mi vida?

A partir de esta reflexión, comienzas a ser consciente de las cargas que estás llevando. Cuando hablo de cargas estoy haciendo referencia a las emociones contenidas, a las situaciones estresantes, conflictivas que pesan por estar pendientes de resolver, a las relaciones que no fluyen y en las que estamos invirtiendo tiempo y tiempo y no terminan de encauzar un rumbo.

¿Y cómo podemos hacer la asociación «peso físico con peso emocional»?

La clave está en abrir la cajita de las emociones y liberarlas con conciencia. 
Existe una vía de escape emocional que se produce de manera automática cuando nuestra «cajita» está completa y ya no entran nuevas emociones. En el momento en que se presenta una emoción nueva de la misma categoría que las anteriores y no la expresamos, la cajita se abre para guardarla pero aparece el efecto «raquet». El raquet o rebusque es el efecto que se produce cuando las emociones reprimidas o prohibidas salen todas juntas ante la mínima incomodidad. Este efecto consigue liberar las emociones contenidas en la «cajita» sólo que lo realiza con una fuerza superior al impulso que provocó la emoción y ésto suele sorprender al receptor porque la intensidad de las emociones manifestadas no corresponen al estímulo que las ha provocado.

Por ejemplo:Ante una situación de conflicto con tu jefe tú eliges controlar lo que sientes y contienes la emoción de enfado. Cada vez que sientes una contradicción en la situación laboral y te enfadas por las decisiones tomadas, decides no decir nada y callar. Llegas a casa y tu pareja te reclama tiempo no compartido por estar tantas horas trabajando. Tú vuelves a sentir enfado por la situación y callas sin expresar lo que sientes. Esta historia se repite durante toda una semana. El sábado tu niño está jugando con una pelota y sin querer te golpea. En ese momento tú le «chillas» y le «llamas la atención» con un tono de voz elevado y le prohíbes seguir jugando.


Si analizas la situación, el hecho de que a tu niño se le escape la pelota y te golpee no es una situación que merezca tu reacción. Ahora ¿qué pasó? tu enfado contenido por las situaciones laborales y de pareja termina saliendo con el disparador de la pelota que envió tu niño sin querer al estar jugando. Este disparador de la pelota es el raquet, efecto que consigue liberar tu carga emocional de enfado.

Entonces:

¿Cuánto pesa tu mochila?

¿Y qué podrías hacer para liberar ese peso?

Comparto contigo algunas de las claves Coach Acting para poner en acción la Inteligencia Emocional:

  1. Reflexionar sobre qué emociones podría tener guardadas que no expresé cuando las sentía.
  2. Buscar alguna actividad/técnica que las libere. Ej. si tengo tristeza, alquilo un drama. Si tengo ira, voy a un gym y tomo una sesión de kick boxing. 
  3. Tomo conciencia de mi postura corporal que sea erguida.
  4. Camino ligero de equipaje y experimento la liberación. 

Un saludo y ¡gracias!

Katrina Rodriguez
Consultora, Mentor & Trainer. Ámbito organizacional y educativo.
International Holigral Coach, Educa & Leader Coach

 

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